lunes, 12 de diciembre de 2011

No hay fin.

Cansado y sin fuerzas se levanta de su cama después de una semana de insomnio y haber logrado dormir por 14 horas seguidas, no se ubica, no sabe qué día es ni qué hora es, podría ser el último día de su vida, el cumpleaños de su madre o simplemente el fin del mundo pero aún no se enteraría. Siente que después de intentar y de haberlo pensado todo mientras noche tras noche daba vueltas en su cama ya no hay nada más para pensar por que hasta el pensamiento se agotó de él mismo. Revisa su alacena y no sabe cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que fue al mercado. Hay algo de café aún y eso le da esperanza. Tampoco recuerda la última cara que vio o si alguien notó su presencia pero no le importa mucho.

Se tomó su café y pensó que tal vez otro en su lugar aprovecharía mejor aquello llamado vida que se consideraba como un regalo dado por los dioses a los seres humanos pero él lo consideraba un problema más agregado a la lista de sus problemas diarios, quería donar su regalo pero  este se aferraba cada vez más a él y eso le dañaba toda su existencia. Tenía que pensar en que olía mal y debía bañarse, probablemente le daría hambre y habría que comer, dentro de unos días su renta se vencía y tenía que buscar dinero y le aterrorizaba la idea de intentar dormir porque sabía que su cuerpo y su mente nunca se ponían de acuerdo para esto y su día podía ser oscuro por completo  si pensaba en otras cosas al despertar y prefería quedarse inmóvil todo el tiempo que pudiera a ver si así al menos el tiempo se aceleraba y él no tendría que ocuparse de cómo matarlo, más bien, conservaba la esperanza de que algún día el tiempo lo volteara a mirar y se cansara de él y lo matara.

Buscaba reducir las posibilidades de preocuparse por cosas muy terrenales que le hicieran recordar que aún pertenecía a este mundo y que así como no tenía fuerza de levantarse ni de permanecer, tampoco la tenía para irse. Intentaba pensar en las veces que había sido afortunado o que había pensado que valía la pena seguir o al menos estar, y le costó trabajo encontrar algo pero pudo hallarlo.


  ---- Alguna vez soñó, alguna vez se encontró a sí mismo viendo la vida de otro color, se encontró pensando en un mañana y sonriendo recordando un rostro que alguna vez se fijó en su mínima existencia-----


El aliento se le fue y cerró sus ojos porque quiso quedarse en el recuerdo, pero la falta de oxígeno le ganó la partida y una vez más volvió a su realidad.

Intentó vivir de y en los recuerdos, de eso borroso que el consideró alguna vez existir y las horas se pasaban y seguía intentando entrar en esa meditación que seguramente lo llevaría a algún lado, pero entre no distinguir si era de día o noche se fue consumiendo a sí mismo.


     
     --- Y no pudo ser nunca el de antes ---



Había que comer, de nuevo olía mal y había que pagar la renta por 30 días contados más, sentía que pagaba su propio calvario y el mundo lleno de necesidades banales le saturaba de coraje el alma.


    --- Dejó de hacerlo ---



Se escondió debajo de su cama para ver si así sus propias pertenencias se olvidaban de él.



--- Y el tiempo no lograba matarlo, ni él a este ---



Jugaba engañándose, intentando olvidarse de él mismo y el juego le ganaba a toda hora.

Pocos eran los momentos en que por minutos contados lograba entrar en algún mundo extraño por recorrer, pero cuando sentía que había logrado huir por completo era cuando abría los ojos por inercia.



                 --- Giraba en espirales ---



Intentó vender su alma a cambio de no SER y nadie quiso comprarla porque sus tratos eran demasiado sencillos y ese “regalo” llamado vida es más complejo que eso.


………………..
  …………………………….
……..



Condenado ya, se declaró en huelga consigo mismo negándose a todo tipo de necesidad y por fin sintió que ganaba algo. Auto – tortura era lo que debía hacer para matar el tiempo.



---- Limitarse a respirar se convirtió en su pasatiempo ---


Alucinaciones lo visitaban  y él las recibía con gusto, depresión absurda caía sobre él cada vez que se iban.
Su cuerpo empezó a agotarse pero su mente por momentos parecía más fuerte de lo normal y sentía que tenía que luchar por horas en diferentes cuadriláteros, todas las perdía. Pero sentía que ganaba lo que quería.


 --- Se acercaba a su propósito ---


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Abrió los ojos y su olfato no reconoció lo habitual.


--- Nada ---


Lo imaginó diferente.

Quiso volver, no pudo.

Pánico.

Deseo oler mal, comer, pagar otros 30 días.



 ---- Y de nuevo. No pudo ser el de antes. ---



 

sábado, 3 de diciembre de 2011

3:38 am

Suficiente tengo con mi imagen diaria para reprocharme cada segundo mi existencia que vacía se siente cada momento y se sigue hundiendo en el poso de los deseos no cumplidos.

Cierro los ojos por no sé cuánto tiempo a ver si con eso logro no distraerme, logro no evadirme, de mí.

Cuervos extraños aparecen en la noche y se llevan un pedazo más de mí y me dejan atada a la tierra, en donde no debo estar, donde todo es sucio, perturbador  y me consume.

Suficiente con no poder hallarme nunca en ningún lugar, en ningún momento, ni en la cara de alguno.

Respiro e intento que el aire me intoxique y así sentiría algo..

Suficiente tengo con no poderme aferrar a nada porque nada parece demasiado atractivo como para querer quedarme, pero, qué es nada?

Vertiginosa mi vida quisiera ser pero no tengo pulso.

Suficiente de insomnio.

    De no soñar…

Suficiente de  intentar armar un rompecabezas llamado yo misma y no encontrarle espacio a nada ni ninguna coincidencia entre sus fichas…

No más búsquedas entre laberintos sin fin.

  No más pequeñas ilusiones desvanecidas.

Suficiente temor me posee ya.

Olvidarme de mí quisiera.